sábado, 15 de marzo de 2014

Capítulo 11: Un deseo peligroso

He acabado el capííííítuloooo 11!!! Aleluya!!!! Me ha costado después de tanto examen, pero creo que es muy... especial; profundo. También creo que transmite otro tipo de sensaciones, distintas, y compensa que sea un pelín más corto, aunque no mucho más ¿eh? ^^. Votad en la nueva encuesta de la izquierda para que pueda seguir escribiendo chic@s!! La pregunta es: ¿Con quién queréis que acabe Katniss? ¿Sois #teamGale, o #teamPeeta? Espero los resultados para poder decidirme, porqué yo misma no sé a quién elegir, y juro que siempre he sido #teamPeeta, pero... aixx, no sé, seguramente gane él, pero... aún me podéis hacer cambiar de parecer si la idea no os agrada. ¡Ya me contáis en los comentarios wapos@s! 
PD: ¡Katniss está tan confundida como yo!



Capítulo 11: Un deseo peligroso


- ¡Entrenador! -exclamo desde la entrada del gimnasio.
- ¿Qué… ¡Everdeen! Dichosos sean los ojos. ¿Qué haces aquí Katniss? -exclama él con una gran sonrisa.
- Llevo unos años aquí -digo, también con una sonrisa-. ¿Y usted?
- Varios traslados. He acabado aquí. El anterior entrenador, Seneca Crane, falleció. Discúlpame un momento… ¡Mellark!
- Buenos días entrenador -dice una dulce voz a mis espaldas.
- ¿Qué haces aquí? Tendrías que estar ya en el vestuario.
- Culpa mía -salto.
- ¿Sí? -pregunta Boggs, arqueando una ceja.
- No -dice Peeta, apoyando sus manos sobre mis hombros y pegándose  mi espalda-. Es culpa mía.
- No le haga caso -digo-. Le he entretenido.
- No me has…
- ¡De acuerdo! -estalla Boggs. Nunca ha sido un hombre delicado- Mellark, a los vestuarios. No hay consecuencias gracias a Katniss, pero no se volverá a repetir -se gira y me mira, tornando la ira en amablidad-. Querida, ha sido un placer volver a verte.
- Lo mismo digo.
Peeta tira de mí por los hombros hasta que me gira y sujeta por la cintura mientras caminamos hacia los vestuarios.
- Cabezota -susurra.
- De nada.
Ríe y cerca su rostro al mío. Le imito, porque sinceramente echo de menos sus besos y considero que no es sano reprimirse tanto. Me besa cariñosamente. Necesitamos parar en medio del pasillo para continuar degustando los labios del otro gustosamente. Paso mis manos alrededor de su cuello y él aprieta mi cuerpo contra el suyo colocando sus manos en mi espalda baja. El beso coge fuerza y se vuelve inesperadamente intenso. Me llena. Necesito más. Necesito sentir a Peeta. Necesito transmitirle todo lo que siento. Que le quiero, sin usar palabras.
- ¡Eh, parejita! -grita Haymitch.
Odio más a Haymitch.
Separo mis labios de los de Peeta. Seguramente los tendré rojos e hinchados, lo que me hace colorar. Me muerdo el labio inferior, aun rodeando a Peeta por el cuello, y me permito mirar a Haymitch.
- Necesito a la chica. ¡Ya!
- Voooy -digo.
- Te veo luego -susurra Peeta, tímido.
- Hasta ahora -susurro yo.
Nos damos un último beso (tan cariñoso que Haymitch carraspea) y me dirijo al vestuario de mujeres.  


***


El viento es más frío que hace unos días, y quizá mis dedos se hayan entumecido un poco, pero sigo dependiendo de que me golpee cada tarde para poder vivir. Aún es temprano cuando llego al tronco caído, pero Gale ya me espera con los dos carcajes colgados a la espalda. Mira hacia el horizonte, ignorándome, y me pregunto por qué. Estoy segura de que me ha oído llegar, por muy silenciosa que sea; su oído es como el de un lince. En realidad, estaba en otra parte, sin pensar dónde ponía un pie u otro. Pensaba en Peeta, y en cómo me hace sentir. Mi corazón se desboca cuando está cerca, y eso, puede resultar placentero y peligroso. Por el momento, no me preocupa. Hoy nos he visto coordinados, repartiendo los besos y el contacto justo como para dejarme satisfecha sin hacerme ruborizar. Es algo... puede que no mágico; porqué la magia no existe, y lo nuestro sí. Creo que lo necesito más a cada minuto que pasa.
- Dicen que el tiempo empeorará -le digo a Gale, sin mirarlo. El cielo está precioso, teñido de tonos pálidos y a la vez fuertes, como el bronceado caramelo, el adobe ligero, el azul costa brava o el amarillo intenso. Algunas nubes grises tapan las montañas. Noto un pinchazo al imaginar que mi padre está allí, tras la pineda, la tierra húmeda y las toneladas de roca.
- ¿Puede ponerse peor? -contesta, pasándome mi arco y mi carcaj. Su mirada es profunda, y parece alicaído.
Acepto el arma, frunciéndole el ceño y exigiendo una explicación con la mirada, pero él se limita a dar media vuelta y avanzar. Me cuelgo el carcaj, cojo bien el arco y le sigo. No entiendo que puede pasarle. Esta mañana ya ha desaparecido, pero no le había dado importancia. ¿Habrá pasado algo grave? Creo que confía en mi lo suficiente como para habérmelo contado si ese fuera el caso. ¿Entonces? Y si… ¿le pasa algo conmigo? No puede ser. No he hecho nada que pueda enfadarle, a mí parecer.
Una ardilla corretea por las copas de los árboles sobre nuestras cabezas, pero no le presto atención. Gale parece no haberla oído ni visto, o al menos la ignora tan bien como yo. Esa, es una ardilla con suerte. Cualquier otro día, ya tendría una fecha atravesándole el iris. Pero hoy no. Hoy es diferente; pienso averiguar por qué.
Los músculos de su espalda se tensan cuando agarro su mano, pero no para. Tiro de él, y responde zafándose de mí agarre. Nunca me había rechazado, ignorado o hecho sentirme así. Él era el único que no me había hecho sentir como un desecho.
Me quedo allí plantada, y suelto lo primero que se ocurre, intentando no demostrar mis sentimientos. Pronuncio, con indiferencia:
- Participaré en una obra de ballet -sigo andando, ya que él no se gira-. El padre de Madge la ha financiado. Haymitch quiere que yo se lo agradezca, pero yo creo que es él el que debería arreglarse e ir a cenar a su casa. Se lo he dicho, y me ha respondido que le daba igual, y aun así… le tolero. Me cae bien ese hombre. Y le odio, te juro que le odio, pero… -le doy un puntapié a una rama y bajo el arco; parece que esto es sólo una excursión, no un día de caza- no sé. Es una relación amor odio paternalista.
Me callo. No suelto más que bobadas. Bobadas que, al parecer, no le importan. ¡¿Por qué se comporta así conmigo?! Siempre es tan… tan Gale. Tan fuerte, decidido, amable y, sobretodo, comprensivo. Las muestras de cariño nunca me han faltado por su parte, esto es totalmente nuevo. Creía que me quería tanto como yo le quiero a él. Pero ahora, Gale está herido, como los animales que cazamos. Pocas veces le he visto herido, y ninguna he sido yo la mano ejecutora. Pero hoy, todo es distinto.
- Gale -digo, acelerando para seguirle el ritmo.
Empieza a correr justo cuando el viento comienza a aullar. La trenza me golpea en la cara cuando me obligo a acelerar tanto como él.
- ¡Gale!
El paisaje se ha tornado más oscuro, y el atardecer está llegando a su fin, dando paso a la noche. A la noche del Baile de Bienvenida. Una raya negra se dibuja en el horizonte, demasiado fina como para apreciarla a simple vista. Parece que Gale quiere seguirle la pista a esa raya, sin parar de correr.
Acelero más y le golpeo en la espalda con los dos puños, como si fuera una niña pequeña y enrabietada.
- ¡Maldita sea, Gale! -le grito a su nuca.
Pateo los pies de un árbol cercano, cosa que parece llamar su atención. Hago una mueca ante el dolor del pie, pero me reprimo y no grito. Tiro el arco, me descuelgo el carcaj y me dejo caer en el suelo, jadeando por el cansancio y la rabia.
- ¿Estás bien? -dice, acuclillándose delante de mí. Niego con la cabeza entre las rodillas.
- ¿Y… tú? -pregunto entre jadeos.
Noto tres de sus dedos, largos y ásperos, pero a la vez delicados y expertos, levantándome el mentón. Mi rostro encara al suyo. Miro el color oliva de sus ojos, tan familiar, tan brillante… de Gale; nuestro, como si el color fuera un secreto que sólo hubiese compartido conmigo. Me mareo un poco al recorrer cada centímetro de su rostro con la mirada y pensar automáticamente, que me parece increíblemente bello. Su pulgar me acaricia la mejilla derecha, y dibuja pequeños semicírculos, como un parabrisas; media sonrisa de satisfacción se alza, y él reacciona del mismo modo, aunque su mirada sigue siendo distinta. Sin apartar la mía, aparto un mechón pelo invisible de su frente, y cierra los ojos. Mi dedo índice tiembla al repasar el contorno de su rostro, desde la raíz de su cabello hasta el final de su perfil. Después se traslada y repasa sus espesas cejas, sus párpados, desde su entrecejo hasta la punta de su nariz, y de ahí pega un salto para aterrizar en la comisura de sus labios. Los repaso lentamente. Son carnosos, aunque finos. Están secos, pero no me importa, y vuelvo a repasarlos. Me acerco más para observarlo de cerca, y me siento sobre él, enrollando las piernas alrededor de su tronco. Una de mis manos acaricia, temblorosa y helada con las yemas de los dedos, su nuca. Los pelos más cortos cosquillean entre mis dedos cuando los introduzco más allá, en su cabello. Los mechones castaños son suaves y se adaptan perfectamente a la presión de la mano, mimando mi piel con suaves caricias. Noto como nuestras respiraciones son lentas, y poso la mano libre dónde su supone, está su corazón. Me pego un poco más a él, necesitándole, y aprieto mis piernas entorno a su cintura. Entonces, su mano derecha viaja a la parte baja de mi espalda, y alguno de sus dedos, frío, repasa lentamente el borde de mi cazadora, tocando mi piel, que se pone de gallina. Creo que dejo escapar un jadeo, formando una pequeña nube.
- ¿Katniss? -susurra.
- ¿Hmmm…?
Él abre los ojos y me mira. Sus pupilas están más dilatadas de lo normal, y veo deseo en ellos. También veo que en su reflejo, los míos tienen un aspecto idéntico.
- Quiero besarte -vuelve a susurrar.
- Y yo -murmuro.
Entonces apoyo mis manos en sus hombros, y empujo lentamente su cuerpo hacia atrás, sin ejercer mucha presión. Gale se tumba sobre las hojas caídas y amarillentas del suelo, llevándome con él. Quedo a horcajadas sobre su cuerpo, y siento como mi pulso se acelera. Un rayo de luz naranja ilumina su rostro, embelleciéndolo todavía más. Entonces junto nuestros cuerpos, posicionando una de mis piernas entre las suyas, para encajar mejor, aunque su cuerpo es considerablemente más grande.
Mi nariz roza la suya, y mis manos aprietan su cazadora, aunque no parece importarle. Me siento como un animal. Y, al parecer, él también, porqué jadea a dos centímetros de mis labios. Mis deseos se hacen insoportables, pero la Katniss responsable, me grita desde dentro «¡Basta! ¿Estás loca?». Pero yo sólo sé, que estoy excitada sin tan siquiera haberlo besado.
- Gale… -murmuro, y mis labios rozan los suyos al pronunciar cada letra.
- Katniss… por… favor… -jadea él, rozando sus labios contra los míos de la misma forma.
Me pide permiso. Pero no puedo dárselo.
Giro sobre su cuerpo y me quedo tumbada sobre el sotobosque, mirando el cielo, visible tras las copas de los árboles. Pego un salto y me levanto. Echo a correr hacia casa, dejándolo allí.
Soy idiota, lo sé.

Madge ya está en casa cuando llego, y seguro que me maldice por llegar llena de barro, despeinada, con suciedad bajo las uñas, y los ojos rojos; no dice nada porqué también es capaz de ver las lágrimas.

9 comentarios:

  1. KAT GILIPO***!!! SI NO QIERES A PEETA , MI PEETA, LO DEJAS OK?
    Y Gale... Gale, Gale, Gale, Gale...GALE ERES UN ESTUPIDO CA***N ODIOSO Y ENVIDIOSO DE CACA!!!
    MK!!! NUESTRO pobre Peeta...aiiinnggfg!!!
    Hasta que Gale no se disculpe voy a estarmolestando en los blogs llamando ENVIDIOSO a TODOS los Gales(BUUUUUHH!!! FUERAAAA!!!)
    El capi me a ejzabjshsjdjjd, como SIEMPRE
    Me dezpido :)
    Van<3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajajajaajajajaja me muero de risaaaa!!!
      Lo sé, Katniss se ha dejado lllevar, y Gale también. Algún roce debía haber entre ellos.
      Menos mal que me dices que el capi te ha parecido ejzabjshsjdjjd!!! Muajajajajajaja

      BESAZOS Van!!!!!!

      PD: Ahora mismo si escribiendo el siguiente capítulo... ^^

      Eliminar
    2. Weeee!!! Mira mi blog, corre ves q te vas a partir el culooo!!!

      Eliminar
    3. Ya lo he visto... Buajajajajajajajaja!!!!
      Mentalmente Desorientadas hasta la muerte!!!

      Eliminar
  2. Me ha fascinado el capitulo, nunca creí que fuera a pasar eso con Katniss y Gale.
    pobre Peeta, me dejaste en suspenso, no tardes mucho con el siguiente por favor.
    eres increíble MK !!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajajajajaja muchas graciaaaaas ^^
      TÚ SÍ QUE ERES UNA LECTORA INCREÍBLE!!!
      Prometo de verdad que el siguiente no tardará tanto; la verdad, es que ahora mismo estoy escribiendo. Y adelanto que pasarán cosasss... importantes.

      BESITOS Mary Fray!!

      Eliminar
    2. :) es que me ha encantado tu historia, espero no tardes me muero de ganas de saber que pasa, también por lo que dijiste.
      BESOS Y ABRAZOS MK !!!!

      Eliminar
  3. Eeee si tardas mucho en subir tu ya sabes q voi pa Valencia, te encuentro, te cojo, te ato, te pongo en una de esas sllas de oficina que dan vuettas y tienen ruedas, te llevo al ordenador mas cercano y te poongo a escribir.
    Y todo esto mientras nos comemos una paella...¡OLE!
    JAJAJAJAJJAJAAJAJAJAAJANJAJA
    Van<3
    T'estimuu moolt:))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muajajajajajajajajajaja no puedo parar de reír X'D
      Hombre, lo de la paella no me parece mal eh... jajajaja
      Te prometo que este finde sigo el capitulo y me pongo a escribir como una loca porque... SOY FELIZ
      ¿Por qué? Porque mis notas del insti han sido estupendas *Buajajajajajja* Sólo te digo (porque a nosotras dos nos gusta el tema;) ) que en Diseño tengo un... ¡¡10!!
      Yo també t'estime moltíssim XD
      Besis <3

      Eliminar

Espero que os guste la historia y comenteis sobre ella o cualquier cosita del blog, pero siempre con respeto, es decir; sin insultar y criticar severamente.
Gracias por comentar y leer el blog ^^